La fragilización por hidrógeno generalmente ocurre a través de un proceso de 3 pasos:
1. Absorción de hidrógeno: Las aleaciones de acero al carbono pueden absorber átomos de hidrógeno durante el proceso de fabricación del acero y del tornillo: limpieza con ácido, tratamiento electrolítico o la exposición a entornos que contienen hidrógeno.
2. Difusión: Los átomos de hidrógeno absorbidos son muy móviles y pueden difundirse a las áreas de mayor tensión, como los límites de grano, dislocaciones, inclusiones... El hidrógeno forma vacíos en los límites de grano de la estructura metálica. El resultado de la difusión de hidrógeno en el metal es una pérdida de ductilidad, haciéndolo más frágil y susceptible al agrietamiento.
3. Fragilización: Cuando el tornillo se expone a un alto esfuerzo de tracción durante un tiempo suficiente, estos vacíos ejercen una presión adicional sobre los granos de metal, formando grietas iniciales que crecen a lo largo de los límites de grano debilitados hasta que el tornillo finalmente se rompe.